lunes, 22 de noviembre de 2010
ALOHA
viernes, 23 de julio de 2010
ÚLTIMO ETAPA DEL CAMINO DE MIGUEL: EL PRIMERO DE LA COLA PARA LA COMPOSTELANA
jueves, 22 de julio de 2010
VI ETAPA DEL CAMINO DE MIGUEL: GEMMA NIERGA EN VIVO Y EN DIRECTO
miércoles, 21 de julio de 2010
V ETAPA DEL CAMINO DE MIGUEL: EN LA MECA DE LAS PULPERÍAS
martes, 20 de julio de 2010
IV ETAPA DEL CAMINO DE MIGUEL: DORMIR CON HIELO EN LOS PIES
lunes, 19 de julio de 2010
III ETAPA DEL CAMINO DE MIGUEL: PREAMPOLLAS Y TOBILLOS QUE BAILAN
3ª etapa: Sarria-Portomarín. 22,6 kms. 25 de mayo.
"¿Tostadas? Para nada. Esta vez, dos donuts de chocolate con el Cola cao. La etapa comienza por la parte alta de la ciudad, tras subir cientos de escalones. Fortaleza y Convento de la Madalena. Los tobillos ya comienzan a sufrir. Tengo una ampolla en el pie izquierdo que la tarde anterior intenté curármela, con aguja desinfectada, hilo y betadine y a partir de entonces, la sufro en silencio. Como las hemorroides.
Una amiga experta en ampollas dice que no lo es, que se trata de “una preampolla reblandecida por la tensión”. A ella la habréis visto en televisión, haciendo un anuncio sobre la vaselina. La bajada pronunciada a Portomarín se hace interminable. Parte de ella la hago hacia atrás. Así apenas sufren las rodillas. Eso me recordó a un chino al que un día vi por el centro de Málaga andando todo el tiempo hacia atrás. Se recorrió así toda la calle Ollerías, ante la perplejidad de los transeúntes.
Foto en un puente junto al embalse de Belesar. Majestuoso. Tras él, te acuerdas de la madre del arquitecto, de los cien escalones que hay que subir para llegar al pueblo nuevo, porque el viejo (el auténtico Portomarín) fue inundado por las aguas. En tiempos de sequía se ve parte de él. Los huesos de los tobillos están bailando por dentro. Me compro una tobillera.
Antes, llego al albergue Ferramenteiro, con vistas al embalse, lavadora y secadora, y 'office' para que uno se prepare la comida, Internet, etc. Encima de este albergue hay otro (O’Mirador). Cualquiera de los dos son recomendables. En el bar de O’Mirador ponen una carne de raxo exquisita, adobada con patatas fritas. No podía faltar el ribeiro. Y en un bar que hay en la plaza de la plaza principal y del Ayuntamiento hay un bar -los interesados, que me llamen- donde el guiso de calamares está ‘pa’ chuparse los dedos.
Mi amigo Juanchi, que está en todo, me llama por teléfono para decirme que han publicado en muchos periódicos del grupo para el que trabajo (Prensa Ibérica) el reportaje que dejé hecho sobre el hotel de la selección española en Austria. Y en La Opinión de La Coruña, en portada. Lo veo por internet. Y es que pasé en ese hotel tres pretemporadas con el Málaga CF. Y me duermo con una sensación agradable, para qué les voy a engañar."
sábado, 17 de julio de 2010
II ETAPA DEL CAMINO DE MIGUEL: LAS CINCO MAGNÍFICAS
2ª etapa: Triacastela-Sarria (18,5 kms.)
"Más tostadas y más Cola cao. Hay dos opciones de hacer esta etapa: por San Xil, que es muy bonita, o por Samos, que tiene un monasterio, es más bonita aún y hay que andar 6 kilómetros más. Me decido… por San Xil. Llueve a cántaros. Es el único día de los siete. Otros dos cayó chirimiri, y el resto soleado.
Chubasquero y pantalón de lluvia. Subida por caminos embarrados. Al llegar a la Fonte dos Lameiros, paro para descansar cinco minutos. Llegan las almerienses. Os las presento: a Mar le gusta la película 'Aterriza como puedas'. Presen analiza la vida (y muerte) de las babosas. Mari Carmen sabe mucho sobre la coloterapia de las vacas. María del Mar estudia cómo afecta no llevar mochila en la espalda al desarrollo del Camino y Marisa es especialista en llevarse cortes de los demás. Ya en serio: son las cinco magníficas. El complemento perfecto para una aventura de este tipo.
Parada en el bar Caso do Franco, en Furela. Recomendable. Pídanse la empanada de ternera con cebollita dulce y pimiento rojo -y una rodaja de chorizo, que yo quitaría-. Entre risas, el trayecto se hace rápido. El primer albergue que aparece nada más llegar a Sarria es el que tengo reservado: A Pedra. Lo recomiendo. Jose, el dueño, es encantador. De hostalero está esos días un brasileño, Rafael ‘de la tierra’, bautizado así cuando se le presenta a María del Mar.
El albergue tiene bar contiguo y Rafael se sienta con los clientes y hace trucos de magia con sus cartas. Otro personaje singular y que merece la pena conocer. Almuerzo en un bar junto al río Sarria, precioso, con pequeñas cascadas de agua. La comida, normalita. Debo regresar a Triacastela en un taxi para recuperar un pantalón que dejé olvidado en el albergue. La broma, 22 euros. También tenía mi diario y datos sobre el Camino y el viaje de vuelta en avión. Olvidarme de algo es habitual en mí.
Cuando llego, tapita en un bar, son casi las once de la noche y en el bar del albergue, aunque la cocina está cerrada, me preparan un bocadillo de tortilla francesa con queso fundido. Y a dormir. Eso sí, en una habitación con sólo tres personas más -no con 50, como en la mayoría de los albergues-. Son Javi burgalés que vive en Valencia, al igual que el barcelonés Santi, y Elena, de Baracaldo."